El tiempo parece desdibujarse cuando Daniel y Carlos comienzan a hablar de música. Tras una década, han tejido un lenguaje común donde los discos inaccesibles, las frecuencias absurdas y las bandas raras son los signos de una amistad que ha resistido en todos los formatos de escucha. El sentido de aventura sigue intacto; ambos hablan de la música como un vicio, una curiosidad interminable que los lleva a buscar sonidos en lugares impensados.
Autómata cumplió diez años, una cifra que habla de resistencia, de amor por lo ecléctico y de una energía incansable por descubrir nuevas propuestas musicales. Para Daniel Pereira y Carlos Lertora, creadores del proyecto, la amistad ha sido el alma de todo. En una década, Autómata, que comenzó como un espacio radial de nicho, se ha expandido, mutado y convertido en podcast, tocatas, fiestas pelacables y noches en las que el Valle de Aconcagua ha sido testigo de los sonidos más insólitos.
Daniel recuerda cómo, a raíz de su pasión compartida con Carlos, surgió la idea de crear un programa radial: “El programa nació del interés mutuo en muchas músicas que nos gustaban y que no eran comunes en las emisoras locales. Empezamos a recomendarnos bandas cuando nos conocimos y, casi sin querer, se consolidó la idea de presentarle un proyecto a SER FM”. En aquel entonces, en 2014, la radio era la única en la zona que abría espacio para una programación alternativa.
La esencia de Autómata es la autenticidad. Este dúo ha aprendido a complementarse, respetando sus gustos individuales y construyendo una experiencia auditiva en la que la diversidad es la regla. “A veces no estamos de acuerdo, claro, pero el eclecticismo es nuestra fortaleza. Aprendemos uno del otro constantemente”, explica Carlos.
“Es la amistad lo que sostiene esto”, dice Daniel, quien se adentra en cada capítulo con una mezcla de entusiasmo y respeto por lo que va a sonar. “Hay un equilibrio entre la amistad y la música, y eso lo hemos mantenido con los años”.
Y aunque la amistad parece ser la columna vertebral de este proyecto, en el fondo hay una pasión inagotable por descubrir y redescubrir aquello que la hace única, que la convierte en algo que resuena más allá de cualquier tiempo o lugar.
En una década, la música y los medios han cambiado radicalmente. Hoy, los formatos físicos como el vinilo, que adora Daniel, han sido desplazados en gran medida por el streaming. Aun así, Autómata ha seguido siendo un espacio de resistencia. Carlos comenta cómo ha evolucionado su manera de escuchar: “Yo me dejo llevar por algoritmos, pero siempre estoy buscando algo nuevo, explorando sellos chilenos y latinoamericanos, además de sonidos de otras culturas”.
“Nos hemos abierto a todo tipo de sonidos y tecnologías”, agrega Daniel. “Creo que la música es algo que nunca va a agotarse. La innovación es constante”. Esta apertura no es solo a nivel musical; también es una búsqueda de formas de conexión con una audiencia que, aunque no enorme, ha crecido y se ha solidificado con el tiempo.
A lo largo de estos años, Autómata ha logrado reunir a una comunidad de oyentes que, en palabras de Carlos, aprecia y busca esas sonoridades “raras” y “pelacables” que no suelen encontrar en otros espacios. La audiencia, sin embargo, va más allá de números y estadísticas; para Daniel, el verdadero valor está en quienes logran conectar con su visión. “Es reconfortante cuando alguien sintoniza con lo que hacemos, cuando reconocen el esfuerzo y el trabajo que hay detrás”.
Carlos recuerda con especial cariño los años en los que transmitían en SER FM: “Nos causaba gracia imaginar a alguien escuchando nuestras selecciones experimentales, de camino al trabajo o en la tienda. Era un desafío para ellos y para nosotros”. Y aunque esa época ya pasó, su espíritu sigue presente en cada episodio del programa, ahora en formato de podcast.
Mantener un proyecto durante una década no es tarea fácil. Ambos coinciden en que han enfrentado grandes retos a lo largo del camino. “La finalización de la radio fue un punto crítico, que nos llevó a tomar un tiempo para armarnos de sentido y retomar la idea desde la versión podcast”, confiesa Daniel. “Este formato tiene otro timing y exigencias, pero el sentido sigue vigente”.
Carlos refuerza la idea, apuntando a las dificultades inherentes de los proyectos autogestionados en Chile: “Es muy difícil mantener la continuidad de propuestas no convencionales. Los temas laborales o cotidianos a veces nos pasan la cuenta; incluso hay una temporada inconclusa. Ahora que retomamos, también nos costó hacerlo más seguido. Es harta pega; además producimos tocatas. Nos gusta mucho hacer esto, pero agota”.
A pesar de los desafíos, Autómata sigue mirando hacia el futuro con optimismo. Entre los planes está la posibilidad de volver al dial FM. “Eso sí, esa posible radio emisora debe estar en sintonía musical con Autómata y darnos absoluta libertad en el contenido que incluimos”, detalla Daniel.
Carlos, por su parte, adelantó que también hay planes para más conciertos y encuentros sonoros. “Queremos retomar un encuentro de música expandida llamado ‘Días Futuros’, realizado en el domo de la UPLA San Felipe, y lograr otro festival Autómata, como el que recién pasó y estuvo increíble, donde celebramos los 10 años. Ahí vamos, de a poco, sin apuro, haciendo cosas. Me gusta mucho la consigna del mítico netlabel chileno Pueblo Nuevo: ‘Resistir y permanecer’. Esa es la clave”.
Autómata sigue siendo un refugio para quienes buscan lo distinto, un espacio donde la música no convencional se encuentra con la pasión de dos amigos que, contra todo pronóstico, han logrado transformar su aventura sonora en un proyecto colectivo que resiste y evoluciona. A continuación puedes escuchar aqui el mixtape especialmente preparado para nuestra comunidad.